lunes, 2 de marzo de 2009

fuera de lugar

Acosado por un conflicto laboral que ha conducido a que sus propios trabajadores hayan solicitado a un tribunal que lo disuelva como institución cultural, el Ateneo de Valencia trata de sobrevivir con el nombramiento de una nueva junta directiva, que se prepara para su juramentación el 15 de este mes.

Las nuevas autoridades del Ateneo de Valencia son: Elis Mercado, presidente; Fabián Díaz Carabaño, vicepresidente; Lunes Rodríguez, director general; Horacio Labbe, director de Finanzas; Rafael Martínez, director de Artes Visuales; Hilda Fe Medina, directora de Talleres y Extensión y Lourdes Fernández, directora de Artes Escénicas y Espectáculos. Guillermo Manosalva, Rafael Rodríguez Coronel, Nilda Pulido, Rafael Torres Rosales y Pedro Douahi Toledo, suplentes.

El acto de juramentación y toma de posesión de esta nueva directiva se hará fuera del Ateneo de Valencia porque, según ha declarado el presidente de la comisión electoral, Edgar Sánchez, los tomistas les impiden el ingreso a las instalaciones situadas en la avenida Bolívar.

El Ateneo de Valencia está tomado desde junio de 2007 por un grupo de trabajadores que demandan el pago de salarios y beneficios laborales, que no les han sido cancelados. El reclamo se convirtió en un conflicto político y judicial con demandas en los tribunales de los cuales se están esperando sus decisiones. El ex gobernador Luis Felipe Acosta Carles, olvidando o desinformado de que el Ateneo de Valencia es una asociación cultural, civil de derecho privado, emitió decretos por medio de los cuales expropió el Salón de Artes Arturo Michelena y las bienales de Literatura que patrocina la institución.

Conflicto enredado

El conflicto se enredó más de lo que estaba, porque el gobernador Acosta Carles perdió el respaldo del presidente Hugo Chávez al postularse como candidato a la reelección, por lo cual no tuvo recursos para cumplir a los trabajadores, las promesas que les hizo a través de Sarina Cascone, secretaria de Educación, y Gerardo Estrada, secretario de Cultura.

Acosta Carles convocó a un Salón Michelena paralelo, con sustanciosos premios, que no han sido cancelados, lo que produjo indignación en el sector cultural del país.

Durante la campaña electoral para las elecciones regionales, el edificio estuvo dedicado a actividades políticas del partido de gobierno, pero no se buscó salida al problema de los trabajadores.

La situación ha llegado a tales extremos que un grupo de trabajadores, encabezados por Clemente Martínez, solicitó al Tribunal Primero de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil, la disolución del Ateneo de Valencia argumentando que la institución no puede cumplir con sus funciones.

Los tribunales decidirán

Hasta el momento el tribunal no ha dictado sentencia sobre la demanda. En la misma situación se encuentra la solicitud de nulidad que la junta directiva del Ateneo, que presidía José Napoleón Oropeza, hizo ante el Tribunal Contencioso Administrativo, para dejar sin efecto los decretos del gobernador Luis Felipe Acosta Carles, atribuyéndole al Ejecutivo del estado la propiedad del Salón Michelena y de las bienales de Literatura José Rafael Pocaterrea y Enrique Bernardo Núñez.

En busca de una salida al conflicto fue acordado convocar a elecciones para elegir una nueva directiva. Se presentó una plancha presidida por Elis Mercado, ex rector de la Universidad de Carabobo, la cual fue proclamada por la comisión electoral, presidida por Edgar Sánchez. Se aplicó el estatuto del Ateneo en vista de que no se presentó otra fórmula electoral.

No obstante, el grupo que mantiene tomado al Ateneo de Valencia no reconoce a las nuevas autoridades, argumentando que no se le dio derecho de participación. El presidente electo Elis Mercado manifestó su decisión de no polemizar para mantener su posición de llegar a un acuerdo de inclusión, que permita vías de conciliación.

El presidente de la comisión electoral, Edgar Sánchez, respondió calificando de forajidos al grupo de tomistas, quienes en carta pública le respondieron para confirmar su decisión de desconocer a la directiva que preside Mercado.

Todo indica que el conflicto se mantendrá por lo cual, lo que está planteado, es una lucha de resistencia mientras el Ateneo se mantiene paralizado y su valioso patrimonio se destruye inexorablemente.

Llanto anónimo

En los carnavales se evidenció, mucho más, que Valencia no tiene opciones culturales que puedan ser disfrutadas en tiempos de ocio. Algunos se han disgustado con nosotros porque afirmamos que esta es la única ciudad en el mundo, con más de un millón de habitantes, que no tiene un museo. Y le hemos respondido que nos digan dónde se encuentran los museos, que ellos mencionan, para irlos a conocer.

Porque un museo no es acomodar una casa y ponerle unos corotos. Es una organización con colección propia, con información para los visitantes, personal especializado y un programa permanente. Aquí no hay nada de eso y pasará mucho tiempo para que lo haya, porque lo poco que teníamos lo han ido destruyendo ante la indiferencia generalizada. Es el caso del Ateneo de Valencia, que cuenta con una de las colecciones más representativas de las Artes Plásticas Venezolanas desde 1943, cuando se inició el Salón Arturo Michelena.

Por problemas personales y políticos, el Ateneo de Valencia se encuentra tomado desde hace año y medio y esa colección, que amerita cuidados especiales, se encuentra abandonada o por lo menos en una situación desconocida, sin que ninguna autoridad se dé por enterada de que está en peligro un patrimonio de la nación venezolana, que necesita protección con urgencia, independientemente de quién tiene la razón en el conflicto.

Consciente de que esa monumental colección de pinturas y esculturas de grandes artistas nacionales, propiedad de la ciudad de Valencia y no del gobierno nacional, como algunos argumentan, le hemos planteado a personalidades investidas de autoridad que tomen una decisión. El año pasado se nos dijo: vamos a esperar que pasen las elecciones. Pasadas las elecciones insistimos y se nos respondió: esperemos el referendo a la Constitución. Cumplido el referendo se nos dirá que esperemos las elecciones municipales y parlamentarias para cambiar la ley.

Se evidencia que, quienes tienen poder de decisión, sólo están defendiendo intereses particulares y no los colectivos. Si fuese lo contrario, desde hace tiempo el Ateneo de Valencia habría recuperado su sede y su patrimonio, que son de carácter privado y no del ejecutivo del estado Carabobo, como desgraciadamente dispuso el ex gobernador Luis Felipe Acosta Carles, con un decreto que debe ser derogado en acto de justicia para con la gente de la Cultura.

No ha sido así. Y allí está arrumada la colección de Arte, envidiada por los museos más importantes del país, sin que ninguna autoridad intente buscar salidas para conservarla y mantenerla completa. ¿A tanto ha llegado la permisividad en este país que, ni siquiera, una inspección ocular se ha ordenado para saber, al menos, en qué situación se encuentra?

La ausencia de Labarca

La indiferencia, el conformismo, es la desgracia de Valencia. Dejamos perder lo que tenemos y nadie sale en su defensa. Destruyen el patrimonio, nos cambian las tradiciones, se abusa de la buena fe y las personas e instituciones, con autoridad para protestar, se hacen de la vista gorda. Y si los medios de comunicación toman la iniciativa de la denuncia tampoco resulta porque, quienes deben responder, se esconden o argumentan que no se meten en líos por lo cual hay que esperar. ¿Pero hasta cuándo?

Esa indiferencia por las expresiones culturales, por el patrimonio, hizo que en Valencia desaparecieran los cines. Los cines que existen están en centros comerciales situados en Naguanagua y San Diego. El único cine que hay en este municipio es Cine Arte Patio Trigal, incluido entre las grandes salas cinematográficas del país gracias a la magnífica labor realizada por Daniel Labarca, como presidente de Fundacine, de la Universidad de Carabobo.

Lamentablemente, Daniel Labarca fue separado del cargo que ocupó durante veinte años, sin que la comunidad universitaria y cultural sepa las razones por las cuales fue tomada esa decisión, que pone en peligro la continuidad de una institución que sólo puede ser dirigida por una persona profundamente conocedora del Séptimo Arte y que tenga esa disciplina como forma de vida. No estamos criticando ni restando méritos en particular. Pero es una realidad. Lo que pasa es que, quienes han debido decir esto, se callan y alguien tenía que decirlo.

La ausencia de Daniel Labarca, al frente de Fundacine, podría conducir a que Valencia pierda los Festivales de Cine Francés y Cine Español que, desde hace tiempo, allí se presentan. Sería otra pérdida para la maltratada cultura valenciana, por lo que nos permitimos expresar a las autoridades de la Universidad de Carabobo -de la manera más respetuosa- que reconsideren la decisión, con la seguridad de que Valencia lo agradecerá. Seguro.

Un acierto

La junta directiva del Colegio Nacional de Periodistas de Carabobo, que preside Angel Perozo, tuvo el acierto de rendir homenaje a nuestros colegas periodistas Raúl Albert y Víctor Osta García, con quien compartimos memorables jornadas en El Carabobeño, que forman parte de la historia del Periodismo Venezolano.

Lo significativo del homenaje fue la coincidencia de que, el día en que se efectuó, Víctor Osta García cumplía 50 años de haber publicado su primera información en El Carabobeño y que el otro homenajeado fuese Raúl Albert, quien ya ejercía el cargo de jefe de Deportes de nuestro diario.

Esto significa que nuestro muy querido y admirado Raúl tiene mucho más décadas de las que él dice, lo que agranda la admiración que se le guarda por su increíble resistencia y lucidez para mantenerse como el campeón indestronable del Periodismo Deportivo Venezolano. ¡Salud Raúl y Víctor Osta García! por el reconocimiento -justo y oportuno- de nuestro querido CNP, dirigido por un equipo tan dinámico como el que comanda nuestro secretario general, Angel Perozo.